La bicicleta es un invento con una larga trayectoria. Existen referencias historiográficas parecidas a una bicicleta en las civilizaciones antiguas de Egipto y China. Pero el concepto actual se lo debemos al genio Leonardo da Vinci. En sus planos podemos observar elementos fundamentales como son cadena, ruedas con radios, sillón, cuadro y dirección. Este boceto se puede contemplar en el Codez Atlanticus de 1490. Pero este invento que fue concebido como medio de transporte, hoy día ha ampliado sus funciones al mundo del ocio y del deporte. (Carballo,2010)
La
bicicleta desde que el Conde Sivrac (1790) lanzara el primer modelo, ha tenido
una evolución significativa (Fig. 1), pero no se aleja demasiado de lo que Da
Vinci realizó con su boceto. Hoy día, se encuentran muchos modelos de
bicicleta: desde la bicicleta de montaña, pasando por las de paseo y nuevas
tendencias como descenso, Freestyle, etc…
Fig.1 Evolución
de la bicicleta. Fuente: Wikipedia. Bicicleta [en línea] Disponible en:
http://es.wikipedia.org/wiki/Bicicleta
[20 abril de 2015]
La postura
prolongada sobre la bicicleta puede modificar las curvaturas fisiológicas de la
columna vertebral. Estas alteraciones están asociadas con los trastornos de la
columna. Un estudio evaluó la posición del manillar en relación con la posición
de la columna. Los investigadores observaron que la columna cervical y dorsal
no se altera respecto de la postura de pie. Pero la columna lumbar es
dependiente de la posición del manillar, ya que cuanto más bajo esté en
relación con el sillín puede llevar la pelvis a una anteversión excesiva (Muyor
2014)
La mayoría de nosotros llevamos vidas sedentarias, ya que pasamos la mayor
parte de nuestro día trabajando en actividades que no requieren un esfuerzo
físico. Utilizar la bicicleta como modo de transporte de manera cotidiana hace
que incorporemos actividad cardiovascular a nuestra rutina, lo cual provoca que
disfrutemos de todos los beneficios asociados al ejercicio físico.
Entre estos beneficios encontramos:
- Disminución en los índices de ansiedad, estrés y depresión (Salmón 2001).
- Disminución de masa corporal, por aumento de la tasa metabólica.
- Mejora de la presión sanguínea en personas con hipertensión (Dickinson et al 2006).
- Disminución de la frecuencia cardiaca en reposo, lo cual disminuye el riesgo de enfermedades cardiacas y muerte súbita.
- Mejora de la relación entre HDL (colesterol “bueno”) y LDL (colesterol “malo”), lo cual disminuye el riesgo de arteriosclerosis (Weltman et al 1980).
- Disminución de la incidencia de algunos tipos de cáncer (Van den Brandt et al 2000).
- Mejora la salud cardiovascular y previene enfermedades cardíacas (Ignarro et al 2007).
Pero a pesar de todos estos beneficios, muchas personas mantienen que la
exposición a los gases de los automóviles y los riesgos de andar en bicicleta
en una ciudad no justifican su uso como modo de transporte. Sin embargo, los
estudios a largo plazo realizados al respecto indican que los beneficios
asociados al uso de la bicicleta superan ampliamente los riesgos, siendo los
resultados de disminución de mortalidad asociados a la bicicleta tan
contundentes como 40% para personas que la utilizan como modo de transporte
diario (Andersen et al 2000, De Hartog 2010). Aunque estos beneficios, en
ciudades con gran cantidad de ciclistas no son exclusivos de las personas que
utilizan la bicicleta, sino que se trasladan a toda la sociedad. Ciudades con menos
cantidad de tráfico mejoran la calidad de vida y la salud de todos los
habitantes, lo que también lleva a grandes beneficios económicos para la
administración pública que reducen los gastos en cuidados de la salud.
La bicicleta es un modo de transporte económico. A pesar de la inversión inicial
(que puede variar según el tipo de
bicicleta) y de algunos elementos necesarios, como cadena y luces de seguridad,
los gastos de mantenimiento son mínimos, sobre todo si tenemos nuestra
bicicleta en condiciones. La energía utilizada para movernos es la propia, por
lo que aumentaremos nuestro gasto metabólico. En contraste, los automóviles particulares
requieren una gran inversión inicial, gastos de mantenimiento, seguro, garaje
nocturno y estacionamiento durante el día (como zona azul o parking). A esto se
suma el consumo diario de combustible, cuyo precio aumenta a nivel mundial
debido a la escasez de petróleo y la dificultad para extraerlo. Por otro lado
podemos utilizar el transporte público, ya que sólo necesitamos pagar el
billete, pero perderemos nuestra independencia horaria y la accesibilidad a
muchos lugares.
En conclusión, el uso de la bicicleta nos va a generar una gran cantidad de
ventajas, tanto físicas, mentales, económicas y sociales. Es por todo esto, que
creemos conveniente la recomendación del uso de la bicicleta, tanto como medio
de transporte como para realizar ejercicio físico.
Referencias
Andersen, L. B., Schnohr, P.,
Schroll, M., & Hein, H. O. (2000). All-cause mortality associated with
physical activity during leisure time, work, sports, and cycling to work.
Archives of internal medicine, 160(11), 1621.
Carballo,
Cándida (2010). La larga carrera del nacimiento de la bici. Diario de avisos
[en línea]. Disponible en: http://bloggers.diariodeavisos.com/imprescindiblesercurioso/?x=entry:entry100203-175740 [13 de marzo, 2010]
De Hartog, J. J., Boogaard,
H., Nijland, H., & Hoek, G. (2010). Do the health benefits of cycling
outweigh the risks?. Environmental Health Perspectives,118(8), 1109.
Dickinson, H. O., Mason, J.
M., Nicolson, D. J., Campbell, F., Beyer, F. R., Cook, J. V., … &
Ford, G.
A. (2006). Lifestyle interventions to reduce raised blood pressure: a
systematic review of randomized controlled trials. Journal of hypertension,
24(2), 215-233.
Ignarro, L. J., Balestrieri,
M. L., & Napoli, C. (2007). Nutrition, physical activity, and
cardiovascular disease: an update. Cardiovascular research, 73(2), 326-340.
Muyor, J. M. (2014). The influence of handlebar-hands
position on spinal posture in professional cyclists. Journal of Back and Musculoskeletal
Rehabilitation, doi:24167JG47620550K
Salmon, P. (2001). Effects of
physical exercise on anxiety, depression, and sensitivity to stress: a unifying
theory. Clinical psychology review, 21(1), 33-61.
Van den Brandt PA, Spiegelman D, Yuan SS, et al. Pooled analysis of prospective cohort studies on height, weight, and breast
cancer risk. American Journal of Epidemiology 2000; 152(6):514–527
Weltman, A., Matter, S.,
& Stamford, B. A. (1980). Caloric restriction and/or mild exercise: effects
on serum lipids and body composition. American Journal of Clinical Nutrition,
33(5), 1002-1009.